Un pájaro bebía agua en el cauce bajo de un río. Una piedra del lecho se le quedó mirando. El simpático pájaro la saludó sacudiendo las alas. Dos plumas cayeron y fueron a acostarse al lado de la piedra. La piedra se giró y mordió una flor que arrastraba la corriente, un capullo quedó prendido en su boca. Con eso acicaló las plumas y las invitó a un paseo. Las plumas reaccionaron subiéndose a su cuerpo. Y de un salto, la piedra consiguió un vuelo breve, lo justo para saludar al pájaro que se marchaba a la orilla. 21 julio 2008
Cuento de la piedra-pluma
Un pájaro bebía agua en el cauce bajo de un río. Una piedra del lecho se le quedó mirando. El simpático pájaro la saludó sacudiendo las alas. Dos plumas cayeron y fueron a acostarse al lado de la piedra. La piedra se giró y mordió una flor que arrastraba la corriente, un capullo quedó prendido en su boca. Con eso acicaló las plumas y las invitó a un paseo. Las plumas reaccionaron subiéndose a su cuerpo. Y de un salto, la piedra consiguió un vuelo breve, lo justo para saludar al pájaro que se marchaba a la orilla.
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microcuentos
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2 comentarios:
Qué decir. Siempre los microrelatos me parecieron más del lado del ingenio que de la literatura, sin embargo, a veces, como en este caso, me parecen socios de una estética de la poesía.
Saludos
Irremediablemente viene siempre conmigo. La poesía, digo.
Un saludo, Jorge
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